dilluns, 12 d’abril del 2010

Menores violentos, ¿sociedad ensangrentada?



El 24 de enero de 2009, Marta del Castillo fue asesinada por su compañero sentimental. Miguel Carcaño, menor de edad, confesó el crimen después de que la policía presentara las pruebas pertinentes. En este famoso caso de la joven sevillana, aun por resolver, hay tres implicados más: Samuel Benítez, Francisco Javier (hermano mayor de Carcaño) y Javier “El Cuco”, este último de tan sólo 15 años. Los días posteriores a la desaparición de Marta, en Sevilla se creía que la andaluza se había ido de casa. Centenares de amigos salieron a la calle pidiéndole que volviese. Entre ellos, se encontraba Samuel Benítez, el cómplice más mediático. Se apuntaba a todo: misas, manifestaciones, rastreos…pese a saber que Marta estaba muerta. No contento con esto, lució sus piercings blancos por todas las televisiones pidiendo el regreso de Marta. ¿Sangre fría? ¿Falta de humanidad? El súmmum del asunto reside en un grupo reducido de féminas que han creado un blog, ya cerrado, en apoyo al asesino y sus cómplices (apoyosamiguel.blogspot.com). En este espacio cibernético se pueden leer perlas sacadas de las más grandes ostras del Pacífico. “Yo quería decir que ya estoy harta de la gente, de los padres de la niña e incluso de la niña. (…) ¿Por qué Miguel Carcaño no puede tener una oportunidad? ¿Porque ha matado a una niña QUE NI SIQUIERA CONOCEN? Es que de veras no entiendo el porqué lo insultan sin conocer de nada, a lo mejor el chiquillo era lo mas bueno del mundo pero claro ha matado A LA SEÑORITA MARTA DEL CASTILLO y no veas vamos...Bueno de verdad y desde el corazón mando todo mi apoyo a Miguel y a su familia. (…) Muchísimas fuerzas desde Cádiz!!” argumenta Macarena, una cibernauta. ¡Es estremecedor! Es obvio que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero en algunos casos la segunda oportunidad llega cuando has pagado por el error cometido. Y, aunque a Macarena matar “A LA SEÑORITA MARTA DEL CASTILLO” parece serle irrisorio, es algo por lo que debe pagar. ¿Dónde está la segunda oportunidad para Marta?
Hay un elemento añadido a los crímenes cometidos por menores de edad que me preocupa profundamente: la falta de humanidad. No puedo llegar a entender como un chaval, puede salir por las televisiones en un rastreo, sabiendo que Marta ha sido asesinada. Pero, lo que ya menos comprendo es como se puede crear una página abierta a todos los públicos en defensa de unos asesinos que han matado a una chica. ¡Y chicas! Sí sí, chicas, son las que más abundan en este blog.


Tres meses antes del asesinato de Marta del Castillo, una joven de Ripollet fue degollada por dos chicos de 14 años. En zapatillas y pijama, María Dolores bajó de su piso un viernes por la noche para hablar con Sergio, uno de los dos jóvenes, que según los Mossos de Esquadra estaba “coladito” por ella. Armado con una navaja, Sergio rajó el cuello de María Dolores y le propinó golpes en la cara con un palo que halló en un descampado. Al día siguiente, Sergio y Luis, este último fue el amigo cómplice del asesino, disputaron un partido de fútbol en la misma localidad, sin aparentes señales de arrepentimiento o nerviosismo. Después del partido y junto a un grupo de amigos, se dirigieron a la jefatura policial para confesar el crimen. Sergio asumió su responsabilidad de una forma, según afirman fuentes policiales, “consciente” y “fría”.
Y yo me pregunto, ¿de la misma forma “consciente” y “fría” con la que diez horas después de matarla estaba dándole al balón? O los hijos no están con los padres o son los padres que no están con sus hijos. Lo que sí se deduce en estos casos es que se ignoran mutuamente. No entiendo como ninguno de los dos progenitores intuyó que algo había pasado cuando Sergio y Luis llegaron a sus casas. No puede ser que dos chavales de 14 años disimulen tan bien. A esa edad aun se habla con la mirada.


Esta Semana Santa, en Seseña, una joven “gótica”, Chanel, mató a su compañera del colegio. Chanel y Cristina Martín, ambas de 14 años, quedaron la noche del sábado para pegarse. Según ha declarado Chanel en el juicio, después de varios forcejeos, le dio una paliza a Cristina y la arrojó a un pozo. La autopsia ha revelado que el cuerpo de Cristina presentaba signos de extrema violencia y que la muerte fue causada por los cortes que tenía en las muñecas. Luego, Chanel arrojó el cuerpo de la joven a un pozo donde murió desangrada. La hipótesis que se baraja es que una vez Cristina estuvo tumbada en el suelo inconsciente a causa de la paliza, Chanel le cortó las venas a consciencia y la arrojó a lo hondo del pozo. ¡Qué violencia tan extrema! ¿Cómo puede, una niña de 14 años, tener una mente tan perversa? Parece que para algunos jóvenes la palabra es una simple herramienta que ha pasado de moda. Debe ser que las cosas ahora se arreglan con el puño.


Hay casos y casos donde la violencia ejercida por menores es asombrosa. Pero lo más cruel es la maquinación a la que llegan muchos de ellos para cometer sus crímenes. El debate sobre el endurecimiento de la ley del menor está en la calle y las opiniones son variadas y con distintos matices. Los partidarios de un endurecimiento de la ley, parten de la base que la cárcel es un castigo y que estos jóvenes deben pagar por lo que han hecho. Por el contrario, los no partidarios de éste endurecimiento creen que la cárcel no es un buen lugar para los jóvenes, ya que en los centros de menores tienen más oportunidades de reinserción social.
Pero creo que el problema es más estructural que legal. Vivimos en un mundo al revés, donde lo importante no lo es y donde lo poco trascendental se convierte en algo de vida o muerte, y nunca mejor dicho… Vivimos empotrados en una crisis de valores donde las cosas que parecen estar de moda son las que menos deberían estarlo. Tenemos que volver a una educación basada en los valores, en el respeto y el compañerismo, en el equipo por encima de la individualidad, en el esfuerzo y el mérito. Añadir al sistema estos valores no es difícil, pero lo que sí que es muy complicado es instaurar estos valores a padres que ya se han formado sin seguirlos. ¿Cómo vas a decirle a un niño que se ponga en el lugar de su compañero, si el padre (su modelo a seguir) nunca ha hecho eso? La crisis social es más seria de lo que imaginamos y es en las familias donde se deben forjar y transmitir estos valores.