dimecres, 24 de març del 2010

"Quiero que la persona parezca lo más relajada posible, sin ningún signo de sufrimiento"


La cita con Juan Luis Díaz Oliveras empieza en su despacho. Llega con su bata gris y se lava las manos después de tratar el cadáver de un anciano de ochenta y tres años. Está lleno de alegría gracias a su oficio, pese a trabajar en el Tanatorio de Sabadell. No se sorprende del impacto de sus palabras cuando habla de los “arreglos” que hace a los difuntos… Y no es de extrañar, por sus manos pasan más de cinco cadáveres cada día.

¿Cuánto hace que se dedica a la tanatopraxia?

16 años.

Es un trabajo poco común. ¿Qué ha estudiado para dedicarse a este oficio?
Se empieza con una pequeña formación dedicada a la presentación de difuntos, acondicionamiento e higienización de cadáveres. Luego, se accede a un curso de tanatopraxia en Serveis Funeraris de Barcelona donde estudias un curso teórico con cien horas de prácticas, y una vez finalizado te presentas a un examen en el Instituto Francés de Tanatopraxia.

¿Cuál es su rutina diaria?
Primero, se rompe la rigidez cadavérica producida por el rigor mortis haciendo trabajar los músculos. Luego se desinfecta y se higieniza el cuerpo. A veces, es preciso un lavado de cabeza, peinar y secar el cabello, afeitar… Y entonces es cuando se viste el cuerpo y se quitan todas la venas, vías de suero, pañales. Finalmente, se maquilla.

¿Qué objetivo pretende conseguir?
Quiero que la persona parezca lo más relajada posible, sin ningún signo de sufrimiento.

¿Le gusta lo que hace?
Me llena profundamente.

¿…?
Estoy satisfecho cuando un familiar me dice lo bien que ha quedado el cuerpo. Es la única recompensa que yo recibo, porque en este trabajo la gente nunca te felicita.

¿El familiar de algún difunto ha criticado su trabajo?
Sí. No hace mucho un señor se quejó de que su madre no era así. Que estaba demasiado guapa y joven. ¡Hasta me enseñó una fotografía!

¿Y qué le dijo usted?
Que había tratado el cuerpo con el máximo respeto y que lo había arreglado como mejor había podido.

Pero mala señal sería si conociera a la persona. ¿Alguna vez ha maquillado a un conocido suyo?
Sí. Amigos, vecinos, conocidos… Es algo estraño, pero si no son personas muy allegadas tienes que ser profesional y tratar de hacer tu trabajo de la mejor manera posible.

¿Y… algún familiar?
No. No es recomendable trabajar directamente con ellos.

¿Le deprime trabajar en un tanatorio?
No.

¿Ni al principio?
Bueno, el primer mes es duro pero se supera. Eres más joven y las cosas te impactan mucho más. Pero, si el trabajo te gusta, te acabas acostumbrando.

¿Se ha visto implicado emocionalmente?
Sí, muchas veces. Me pasa constantemente con criaturas de meses o pocos años. Y quien diga que no le pasa, miente. Lo peor es tratar a un niño. Siempre pienso qué habrá hecho para merecer la muerte un chavalín con toda una vida por delante.

¿Cuánto tiempo tarda en preparar cada difunto?
Media hora, tres cuartos de hora. Depende de la complejidad que requiera.

¿Se ha encontrado alguna vez con un cuerpo que no se pueda restaurar?
No, siempre se puede tratar de hacer bien tu trabajo. Yo he llegado a estar ocho horas trabajando con un cuerpo para poder presentarlo a la familia.

¡Ocho horas! ¿Qué le había pasado?
Un chico de 18 años que vino aquí con la cabeza abierta por un balazo. Ha sido el trabajo que más me ha costado. Fue muy duro. Dediqué mucho tiempo y esfuerzo pero valió la pena. Las personas necesitan despedirse por última vez de sus seres queridos, porqué sinó ven el cadáver no se creen que ha muerto. Sinó, fíjate en las mujeres de los marineros ahogados en alta mar. Algunas aún los esperan en el puerto…

¿Cuántos difuntos trata al día?
De media unos seis, siete. ¡Aunque hay días que trato hasta doce difuntos!

¿Qué reacción tiene la gente cuando comenta que es tanatopractor?
Al principio siempre hay un poco de rechazo, pero a la media hora ya te están preguntando. ¡A la gente el morbo le tira mucho!

¿Cómo es su ambiente de trabajo?
Trabajamos varias personas juntas. Algunos escuchan música y otros, como yo, trabajamos mejor sin ella.

¿Cómo combate el olor?
Con incienso. Realmente hay olores que son fuertes. ¡En verano aún más!

¿La familia pide que se presente el cuerpo en el velatorio con algún objeto personal?
Sí. Paquetes de tabaco, alguna botella de whiskey, una cinta de jotas… ¡Hay mil y una cosas! Hace poquísimo, presenté a un hombre con el chándal del Real Madrid… ¡Ya ves tú la gracia que me hizo a mí!

¿Alguna anécdota destacable?
No. Nada parecido a los rumores que corren. ¡Nunca se me ha levantado un muerto!

¿Espasmos?
¡Si me hubiera pasado, hoy por hoy no estaría trabajando aquí!

Usted es miembro fundador de la Asociación Nacional de Tanatopraxia. ¿Por qué su profesión aún no está reconocida como tal en España?
Porqué hasta ahora eran los médicos tanatólogos quienes se encargaban de tratar los cuerpos. Ahora existe una formación dedicada exclusivamente a la restauración de cadáveres y pienso que dentro de muy poco estaremos reconocidos.

Así espero, porque es una profesión digna de admiración.

3 comentaris:

Marta Carreras ha dit...

Ei Marc molt xula l'entrevista! pels morbosos,q tots ho som,has escollit un bon personatge!!! Enterrar-se amb un xandall del Madrid...ecs!!

Sex Shop ha dit...

Muy buenooo!!!

Sex Shop ha dit...

Muy buenooo!!!!!