El hombre de la estatuilla vuelve a brillar en el teatro Kodak este 2010, aunque parece no relucir tanto como antes. A diferencia de los años anteriores, la Academia ha optado por cambiar la estructura de las nominaciones. Anteriormente, se nominaban las cinco mejores películas del año. Tal elección tenía un sentido, unos fundamentos que podían encontrarse en un guión original, una historia bien construida, la dirección de los actores, en fin, aspectos que las diferenciaban del resto. Pero esto ha cambiado. El 2010 presenta una gran innovación en la lista de nominaciones a mejor película; la Academia ha decidido ampliarla a diez. En teoría, los Oscar implican una limitación, que se elijan de entre todas las películas existentes las mejores. Por tanto, si los Oscar pretenden diferenciar los films de calidad del resto, ¿qué sentido tiene aumentar la lista? También existe una segunda cuestión, ¿por qué tan sólo se han ampliado las nominaciones a mejor película? ¿qué sucede con los trabajos realizados por el resto del equipo? Todo indica un mero y simple acto de la actividad publicitaria. El mundo se encuentra en una época de recesión, y los Estados Unidos salen de una crisis que aún asola muchos países del mundo moderno.
Es innegable que las estatuillas de los Oscar, así como las nominaciones, dotan al film de una mejor apariencia y, a su vez, aportan más ingresos en taquilla. Cuando el público ve estatuillas en los carteles del cine se siente más atraído. Cada una de las nominaciones que recibe una película se traduce en una alta suma de capital, gracias a la publicidad que se ha hecho del film en cuestión. En definitiva, venden más.
Hasta ahora, los Oscar se asociaban a una garantía de cualidad, de disfrute y entretenimiento. No obstante, al nominar tantas películas, hoy en día no queda claro si tal garantía sigue siendo válida. Antes la ceremonia quizás tenía un sentido. Pero, ¿qué película escogeremos en el cine si diez de ellas están cualificadas como mejor película?
Entre los nombres barajados se encuentran, En tierra hostil, la famosa Avatar, Up in the Air, Malditos Bastardos, entre otras. Las dos primeras son el gran espectáculo de la ceremonia pues enfrentan a una pareja de excasados, a James Cameron y su exmujer Kathryn Bigelow, ambos compitiendo con 9 nominaciones, incluyendo a mejor película y director. Quizás en esta ceremonia se discuta la cualidad de las nominaciones, pero el espectáculo está asegurado. Parece que hasta la salsa rosa se adentra en los premios más prestigiosos del cine.
La estatuilla dorada está perdiendo su reluciente aspecto. Como dice el proverbio, no todo lo que brilla es oro.
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