dilluns, 12 d’abril del 2010

Si a la reforma de la Ley de Responsabilidad Penal del Menor


El asesinato de la joven Cristina Martín de la Sierra de 13 años a manos de una compañera de instituto ha reabierto nuevamente el debate sobre la ley del menor.
Las adolescentes se citaron en una fosa cercana a la antigua cantera de yeso de Seseña para pasar cuentas. La cosa llegó a más y los golpes acabaron con la vida de Cristina Martín. Según ha confirmado la autopsia, la joven murió desangrada por unos cortes que tenía en la muñeca. La brutalidad e impunidad de este asesinato ha puesto de manifiesto la necesidad sobre la reforma de la Ley del Menor. Por desgracia, este debate sólo dura los días en que la noticia ocupa portadas o abre los telediarios, después queda en el olvido hasta que otro menor es acusado de un delito grave y es entonces, cuando la sociedad vuelve a poner el grito en el cielo. Otros asesinatos brutales como el de Sandra Palo, en que tres menores, entre ellos el Rafita violaron y quemaron a la joven en el 2003 en Madrid o el de Maores de 14 años que fue asesinada por dos de sus amigos en Ripollet han destapado la caja de los truenos en los últimos años. Como ocurre siempre en este país las palabras se las lleva el viento y los intensos debates nunca llegan a buen puerto.

Como no podía ser de otro modo, el primer partido de la oposición se ha puesto las pilas para presentar una propuesta de ley en el Congreso que intentará reforzar la ley de Responsabilidad Penal del Menor.
En primer lugar, la secretaria general del Partido Popular, Maria Dolores de Cospedal ha destacado que es importante que las víctimas tengan más apoyo en la nueva normativa, porque en la mayoría de los casos son las grandes olvidadas. También ha hecho hincapié en el hecho de que los menores de 12 a 14 años que cometan delitos graves deben someterse a una reeducación y orientación específica. Además, otra de las propuestas contempla la posibilidad de alargar la condena a prisión si los menores cumplen la mayoría de edad cuando aún están internados en el centro de menores. Con estas reformas lo que se pretende es que los delitos no queden impunes o con sanciones ridículas, ya que de este modo se intensifica el hecho de que muchos delincuentes o bandas organizadas cuenten con jóvenes que aún no han cumplido la mayoría de edad para que asuman la responsabilidad penal en los delitos más graves. No hace falta ir muchos años atrás para encontrar ejemplos. Uno de los más famosos es el de “Farruquito”, quien quiso librarse de ir a prisión inculpando de homicidio imprudente y de omisión del deber de socorro a su hermano, entonces menor de edad.
En contraposición a las declaraciones del Partido Popular, María Teresa Fernández de la Vega declaró para una agencia de noticias que es “un tema de enorme complejidad que hay que abordar con serenidad”. Sobre todo, ha destacado que las reformas no se pueden hacer “en caliente”, sino que hay que dejar un tiempo para poder reflexionar y tomar decisiones coherentes.

Por su parte, los ciudadanos de Seseña no se hicieron esperar y mostraron su indignación en una manifestación multitudinaria que tuvo lugar el 10 de abril, en la que clamaban la ansiada reforma. Por el momento, la Fiscalía de Menores de Toledo ha decretado el internamiento provisional de la joven en un centro de menores hasta que finalice la investigación. Después podrá ser condenada como máximo a cinco años de internamiento en un centro y tres de libertad vigilada. Son pocos años para una persona que ha cometido un delito tan grave. Tampoco parece lógico que un joven que acabe de cumplir 18 años tenga que cumplir quince años de prisión por un asesinato o una violación, mientras que otro al que sólo le falta una semana u horas para cumplir la mayoría de edad pueda salir del centro de menores en tan sólo 5 años, como ocurrió en el caso de Sandra Palo.

Otro de los aspectos que más llama la atención del asesinato de Cristina Martín es la violencia con la que actuaron ambas, más propia de ellos que de ellas. El Ministerio de Educación ha justificado en otras ocasiones que esta crueldad es un síntoma de la crisis de valores que sufren los jóvenes. Defienden que alguna cosa falla, pero no toman cartas en el asunto. Ya es hora de que los partidos políticos dejen de enfrentarse entre ellos y empiecen a buscar la manera de reducir la delincuencia entre los más jóvenes. Los datos son preocupantes, según el INE (Instituto Nacional de Estadística) los menores de 14 a 17 años cometieron 26.134 delitos y faltas durante 2009.

Si la sociedad en general y las instituciones no dan soluciones nos tendremos que acostumbrar a desayunar con casos tan estremecedores como el de la joven de Seseña o el de Marta del Castillo. Es responsabilidad de todos que pasen a ser hechos puntuales fuera de la cotidianidad.