La XIII edición de las “Jornades de Comunicació Blanquerna” que se han llevado ha cabo los días 13, 14 y 15 de marzo, han tratado como eje central el miedo, y especialmente como los medios de comunicación tratan esta temática. Durante estos tres días, personalidades del mundo de la comunicación y alumnos han compartido las aulas de la facultad para aclarar y entender mejor cómo el miedo es tratado por los medios, cómo afecta a nuestras vidas y a la sociedad actual este sentimiento, incontrolable y de gran poder, a nuestra vida social, cultural y política.
“Qui diu “por”? Con esta pregunta se ha titulado estas jornadas, que una año más han relajado al alumnado y han convertido la facultad en un espacio de cultura, encuentros y aprendizaje para todo aquel interesado en las conferencias. Además, la cafetería, transformada, temporalmente, en una sala de conciertos, nos ha dejado gozar un par de horas cada mediodía, de la música engendrada por los estudiantes.
Entre conferencias enfocadas al periodismo, la comunicación audiovisual o la publicidad, se deja un espacio a aquellas de carácter más social, comprometidas con los problemas de nuestro mundo actual. Charlas que intentan concienciar de las dificultades que existen en otros países, tras las fronteras de la burbuja occidental. Una de estas, se celebró el martes (13/03/07) a las cuatro y media de la tarde. Llevaba por título; “Mines antipersona. L’amenaça callada que impedeix la pau”. Fue en el aula 102, la utilizada para las conferencias con poca afluencia de público, frente a las que se celebran en las salas grandes como la que acontecía en el mismo momento aquel martes y que suelen contar con algún personaje mediático y esperado. Empezó puntual, con la presentación del tema de la mano del moderador Ivan M. Garcia, periodista de ADN, fotógrafo y antiguo alumno de la facultad. Inmediatamente tomó la palabra Lídia Tovar, responsable de sensibilización de “Moviment per la Pau” que pausadamente iba leyendo lo que había preparado en una presentación de PowerPoint que veíamos proyectada a sus espaldas. En ese mismo momento se repartió unas fotocopias que dejaron descansar a aquellos que tomaban notas frenéticamente.
Lídia habló de las minas antipersonales (MAP), de las municiones sin explotar (MUSE) y de las municiones de dispersión (CM). Explicó sus características, ofreció cifras espeluznantes sobre víctimas e intoxicación de minas a nivel mundial mientras daba un grito de alarma sobre la situación que viven estos países infestados de munición. Hay cerca de de 90 millones de minas colocadas en 80 países y muchas otras siguen almacenadas, cada año se producen una media de entre 15.000 y 20.000 nuevos accidentes y las víctimas suelen ser población civil, y en un gran número menores de edad que desconocían la existencia de las MAP o las MUSE. “Moviment per la Pau”, insiste en que se debe explicar a la población qué son las minas y como funcionan para evitar muchos de los accidentes que se producen en el mundo. “Las zonas afectadas suelen ser las más pobres, las más vulnerables, las más débiles económicamente y políticamente del mundo” dijo Lídia. Algunos de estos países a los que se refería son: Afganistán (10 milones de minas), Angola (10 millones de minas), Burundi, Bósnia y Herzegovina, Camboya (4 millones de minas), Colombia, Iraq o Nepal.
Precisamente de Colombia, el país con más víctimas del mundo por minas en el 2006, vino Maria Gines Quiñónez, coordinadora departamental del departamento de Nariño en Colombia de la Campaña Colombiana contra Minas. De aspecto desenfadado y con el dulce acento Colombiano Maria defendió a capa y espada su país, sus víctimas y su labor. El año 2005 se registraron un total de 1.110 víctimas sólo en Colombia, de las cuales cuatro de cada diez eran niños. Maria identifica a estos niños que han quedado, en su mayoría mutilados, los traslada a España y aquí es donde se procede a hacer las prótesis de las partes del cuerpo mutiladas. Estás operaciones se pueden realizar gracias a las ayudas que obtienen de los ayuntamientos y Gobierno central, ya que cada operación cuesta alrededor de los 2000 € y en Colombia no hay suficientes recursos para cubrir este tipo de operaciones. Maria se mostró agradecida de la asistencia a la conferencia mientras era avasallada por los flashes de los alumnos que buscaban el mejor ángulo recorriendo el pasillo del aula. También habló sobre el problema de los medios de comunicación en su país, y de la indiferencia de su Gobierno hacía la problemática de las MAP. “El periodismo en Colombia no investiga por miedo. Los medios de comunicación aun no han llegado a la libertad de expresión”, se lamento. Explicó que la comunicación es un ingrediente básico para concienciar e informar a una población que no conoce los riesgos a los que esta sometida mientras Lídia e Ivan afirmaban con cara de preocupación a todo lo que iba explicando.
El tiempo de la conferencia se agotaba mientras la crispación de Maria aumentaba a medida que explicaba la situación política y de los medios en su país, amenizó esta explicación con un video de distintos periodistas colombianos que corroboraban la preocupación de Maria. Luego se abrió el siempre silencioso turno de preguntas. Al ver que los alumnos permanecían callados el moderador hizo un par de preguntas y el acto acabó con un aplauso merecido de respeto y preocupación. Al acabar, algunos alumnos se acercaron a Lidia de “Moviment per la Pau” para interesarse sobre sus actividades y recoger folletos informativos sobre actos e iniciativas, un acto seguro agradecido por las conferenciantes que ven que su lucha y preocupaciones personales son compartidas.
“Qui diu “por”? Con esta pregunta se ha titulado estas jornadas, que una año más han relajado al alumnado y han convertido la facultad en un espacio de cultura, encuentros y aprendizaje para todo aquel interesado en las conferencias. Además, la cafetería, transformada, temporalmente, en una sala de conciertos, nos ha dejado gozar un par de horas cada mediodía, de la música engendrada por los estudiantes.
Entre conferencias enfocadas al periodismo, la comunicación audiovisual o la publicidad, se deja un espacio a aquellas de carácter más social, comprometidas con los problemas de nuestro mundo actual. Charlas que intentan concienciar de las dificultades que existen en otros países, tras las fronteras de la burbuja occidental. Una de estas, se celebró el martes (13/03/07) a las cuatro y media de la tarde. Llevaba por título; “Mines antipersona. L’amenaça callada que impedeix la pau”. Fue en el aula 102, la utilizada para las conferencias con poca afluencia de público, frente a las que se celebran en las salas grandes como la que acontecía en el mismo momento aquel martes y que suelen contar con algún personaje mediático y esperado. Empezó puntual, con la presentación del tema de la mano del moderador Ivan M. Garcia, periodista de ADN, fotógrafo y antiguo alumno de la facultad. Inmediatamente tomó la palabra Lídia Tovar, responsable de sensibilización de “Moviment per la Pau” que pausadamente iba leyendo lo que había preparado en una presentación de PowerPoint que veíamos proyectada a sus espaldas. En ese mismo momento se repartió unas fotocopias que dejaron descansar a aquellos que tomaban notas frenéticamente.
Lídia habló de las minas antipersonales (MAP), de las municiones sin explotar (MUSE) y de las municiones de dispersión (CM). Explicó sus características, ofreció cifras espeluznantes sobre víctimas e intoxicación de minas a nivel mundial mientras daba un grito de alarma sobre la situación que viven estos países infestados de munición. Hay cerca de de 90 millones de minas colocadas en 80 países y muchas otras siguen almacenadas, cada año se producen una media de entre 15.000 y 20.000 nuevos accidentes y las víctimas suelen ser población civil, y en un gran número menores de edad que desconocían la existencia de las MAP o las MUSE. “Moviment per la Pau”, insiste en que se debe explicar a la población qué son las minas y como funcionan para evitar muchos de los accidentes que se producen en el mundo. “Las zonas afectadas suelen ser las más pobres, las más vulnerables, las más débiles económicamente y políticamente del mundo” dijo Lídia. Algunos de estos países a los que se refería son: Afganistán (10 milones de minas), Angola (10 millones de minas), Burundi, Bósnia y Herzegovina, Camboya (4 millones de minas), Colombia, Iraq o Nepal.
Precisamente de Colombia, el país con más víctimas del mundo por minas en el 2006, vino Maria Gines Quiñónez, coordinadora departamental del departamento de Nariño en Colombia de la Campaña Colombiana contra Minas. De aspecto desenfadado y con el dulce acento Colombiano Maria defendió a capa y espada su país, sus víctimas y su labor. El año 2005 se registraron un total de 1.110 víctimas sólo en Colombia, de las cuales cuatro de cada diez eran niños. Maria identifica a estos niños que han quedado, en su mayoría mutilados, los traslada a España y aquí es donde se procede a hacer las prótesis de las partes del cuerpo mutiladas. Estás operaciones se pueden realizar gracias a las ayudas que obtienen de los ayuntamientos y Gobierno central, ya que cada operación cuesta alrededor de los 2000 € y en Colombia no hay suficientes recursos para cubrir este tipo de operaciones. Maria se mostró agradecida de la asistencia a la conferencia mientras era avasallada por los flashes de los alumnos que buscaban el mejor ángulo recorriendo el pasillo del aula. También habló sobre el problema de los medios de comunicación en su país, y de la indiferencia de su Gobierno hacía la problemática de las MAP. “El periodismo en Colombia no investiga por miedo. Los medios de comunicación aun no han llegado a la libertad de expresión”, se lamento. Explicó que la comunicación es un ingrediente básico para concienciar e informar a una población que no conoce los riesgos a los que esta sometida mientras Lídia e Ivan afirmaban con cara de preocupación a todo lo que iba explicando.
El tiempo de la conferencia se agotaba mientras la crispación de Maria aumentaba a medida que explicaba la situación política y de los medios en su país, amenizó esta explicación con un video de distintos periodistas colombianos que corroboraban la preocupación de Maria. Luego se abrió el siempre silencioso turno de preguntas. Al ver que los alumnos permanecían callados el moderador hizo un par de preguntas y el acto acabó con un aplauso merecido de respeto y preocupación. Al acabar, algunos alumnos se acercaron a Lidia de “Moviment per la Pau” para interesarse sobre sus actividades y recoger folletos informativos sobre actos e iniciativas, un acto seguro agradecido por las conferenciantes que ven que su lucha y preocupaciones personales son compartidas.