La depresión es un estado emocional caracterizado por sentimientos de inutilidad, de abatimiento, tristeza, sentimiento de indignidad, de culpa, de indefensión y desesperanza profundos. La misma lleva al que la siente, a la soledad, a la pérdida de motivación, el retraso motor y la fatiga. No es un estado único sino que puede variar desde el sufrimiento psíquico hasta psicopatías graves. Puede llegar incluso a convertirse en un trastorno psicótico donde el individuo se queda completamente incapacitado para actuar en forma normal en su vida de relación. Las personas deprimidas se consideran desgraciadas, frustradas, humilladas, rechazadas o castigadas. Miran el futuro sin esperanza.
La depresión, en cualquiera de sus formas o variantes, es una de las mayores epidemias que afecta a la humanidad en los últimos decenios. Una pandemia que, sin embargo, tiende a ser invisible, dado que los deprimidos disimulan y se retraen, y los suicidas suelen ser ocultados. Es, además, un problema que crece y se extiende, como una negra y espesa mancha de aceite en nuestro actual estilo de vida y cultura, sobre todo en los países desarrollados y urbanizados. En estos países crece mucho mas deprisa en niños y adolescentes y la edad de inicio del primer episodio depresivo tiende a ser cada vez más temprana. Los datos son los siguientes: un 8-17% de las personas padecen en algún momento de su vida alguna forma de depresión grave, aunque formas menores de depresión mas o menos disfrazada afectan con cierta persistencia a un cuarto de la población en algún periodo de su vida. Después de la pubertad, se deprimen el doble de mujeres que hombres.
Informes de individuos deprimidos mostraron:
- Una consideración negativa de si mismo: la persona deprimida muestra una marcada tendencia a considerarse como deficiente, inadecuada e inútil y atribuye sus experiencias desagradables a un defecto físico, moral o mental. Tiende a rechazarse a sí misma, ya que cree que los demás la rechazarán.
- Una consideración negativa del mundo: se siente derrotado socialmente. Considera al mundo como haciéndole enormes exigencias y presentándole obstáculos que se interfieren con el logro de los objetivos de su vida.
- Una consideración negativa del futuro: ve el futuro desde una perspectiva negativa y le da vueltas y más vueltas a una serie de expectativas negativas. El deprimido prevé que sus problemas y experiencias comunes continuarán indefinidamente y que se le amontonarán otros mucho peores en su vida.
Las personas deprimidas tienden a deformar sus experiencias, mal interpretan acontecimientos concretos e irrelevantes tomándolos como fracaso, privación o rechazo personal. Exageran o generalizan excesivamente cualquier situación por más sencilla que sea, tienden también a hacer predicciones indiscriminadas y negativas del futuro. Todo siempre va a ir contra sí mismo, acentuando lo negativo hasta casi excluir los hechos positivos.
En España hay aproximadamente 2 millones de personas que sufren trastornos depresivos o de angustia. Así lo avala un estudio de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en la revista científica médica "Sanidad y consumo", que subraya que la depresión es la enfermedad que más preocupa en el campo de la salud mental y la medicina cotidiana.
La depresión en España es más frecuente en las mujeres que en los varones, de los cuales tan sólo una tercera parte respecto a las mujeres presenta la enfermedad. Además, el trastorno se da sobre todo en personas comprendidas entre los 20 y 29 años y los 50 y los 59 años. Por otra parte, los principales motivos de depresión en España son el paro y el declive profesional. Según la revista, los trastornos depresivos y de angustia presentan factores genéticos en algunos casos, ya que, la enfermedad se presenta en un 90% en los gemelos.
En muchos casos, la gran mayoría, se puede comprobar que la depresión está precedida por un periodo de “impactos” y estrés demasiado intenso, duradero y/o repetido; en otros casos, los menos, no se ha podido comprobar, lo cual no significa que no exista, quizás indirecta o mediatizamente, proviniendo de niveles distintos a las emociones conscientes.
Los impactos estresadores suelen provenir de pérdidas, miedos, frustraciones instintivas y, en general, choques emocionales ante los que el individuo cree que nada se puede hacer. Numerosas observaciones y experimentos demuestran que cuanta mas juventud, sensibilidad, soledad comunicativa e indefensión subjetiva tenga el individuo frente a lo que le golpea emocionalmente y le estresa, y cuanto mas inesperados, instintivos, duraderos y repetitivos sean dichos impactos… mas propenso a la depresión será el resto de su vida y mas graves serán las formas depresivas en las que caiga el afectado.
Los científicos nos aseguran que, para el individuo con vulnerabilidad promedio, mas de 50 días de estrés continuado en el adulto desembocan indefectiblemente en trastornos emocionales primero, alteraciones del sueño después y depresión mes o menos profunda finalmente. Sin embargo, este periodo se acorta considerablemente en los adolescentes y aún mas en los niños, sobre todo si se sienten desprotegidos (no solamente por falta de afecto y cuidados, sino también por falta de normas de comportamiento eficaces); y también si los impactos estresadotes son demasiado múltiples, brutales y/o duraderos. La desestructuración de los englobadotes (familias, tribus, culturas, etc.) actúa como facilitador, disminuyendo notablemente la intensidad y la duración de los periodos estresadotes necesarios para el desencadenamiento de las depresiones en los individuos.
LA RISOTERAPIA, EL MÉTODO MÁS SALUDABLE PARA COMBATIR LA DEPRESIÓN
“La vida es en su totalidad una gran broma cósmica. No es algo serio, tómala seriamente y la perderás. Compréndela únicamente a través de la Risa”. OSHO.
Es cierto, que son múltiples los fármacos que nos ayudan a vencer esta terrible patología pero, cada vez mas, las personas que la sufren u otras interesadas en sentirse mejor y pasar un rato agradable optan por acudir a clases de risoterapia.
La risa no sólo es un ejercicio saludable por el bienestar inmediato que produce. Cada vez más habitual su uso como terapia para curar.
Sus ventajas son múltiples: los expertos aseguran que la risa inmuniza contra la depresión y contra la angustia, y también se ha comprobado que cinco o seis minutos de risa continua actúan como analgésico. Además, pone en funcionamiento 400 músculos, ayuda a liberar la tensión acumulada en la columna vertebral y rebaja el dolor. Por esta razón, es importante aprender a reírse de la manera adecuada. Para ello, se han creado escuelas en las que se enseña a conocer las propiedades individuales de la risa y su utilización. Es lo que se conoce con el nombre de risoterapia.
- Origen y evolución de la RisoterapiaDiferentes corrientes filosóficas conocen desde hace siglos la importancia de la risa y el sentido del humor y lo promueven de manera práctica.
Hace más de 4000 años en el antiguo imperio chino, había unos templos donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud.
En la India también se encuentran templos sagrados donde se puede practicar la risa.
- Por qué es bueno reírseLos efectos que la risa produce en el organismo humano son múltiples. Todos ellos positivos y recomendables. Estos son algunos:
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Ejercicio: con cada carcajada se pone en marcha cerca de 400 músculos. Incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa.
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Masaje: la columna vertebral y cervicales, donde por lo general se acumulan tensiones, se estiran. Además, se estimula el bazo y se eliminan toxinas. Con este movimiento el diafragma origina un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas.
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Limpieza: se lubrica y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído.
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Oxigenación: entra el doble de aire en los pulmones, de ahí que la piel se oxigene más. En concreto, los pulmones mueven 12 litros de aire, en vez de los 6 habituales, lo que mejora la idea de que la risa provoca arrugas en el rostro, ya que lo tonifica.
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Felicidad: favorece la producción de endorfinas y encefalinas en el cerebro, que son los neurotransmisores (formados por cadenas de aminoácidos) que se encuentran sobretodo en el sistema límbico y cuya función es combatir el dolor disminuyendo la receptividad del organismo ante estímulos dolorosos; es así como la risa estimula la producción de endorfinas y, por lo tanto, disminuye la intensidad de los fenómenos dolorosos.
- Opiniones a favor y en contra de la risoterapiaEl psicólogo español
Jose Elias, calificado como el pionero de la risoterapia en España, asegura que “el humor puede resolver un 80% de los casos de depresión y estrés”.
Además, en un artículo que publicó en
Weblogs, Humor y Ciencia, afirma que “ la risa aún creada artificialmente, es capaz de generar estados de ánimos diferentes, que influyen no sólo en el mantenimiento del cuerpo sano, sino que también ayuda a una mejor recuperación de la salud, en casi la totalidad de enfermedades”.
Su posición a favor de todo aquello que nos haga reír es tan segura que no duda en decir que “en las personas que padecen el SIDA, es mayor su resistencia, cuanto mejor es su estado de ánimo, por esto se les anima a ser optimistas, a pesar de las dificultades que conlleva la enfermedad, haciendo cierto el lema: “No hay enfermedades sino enfermos”.
El psicólogo gallego publicó un libro el año pasado, Guía práctica de Risoterapia, en el cual el lector podrá encontrar una introducción a la risoterapia con las investigaciones recientes, que enmarcan a esta técnica en un ámbito científico. También dispone de ejercicios y juegos que le ofrecerán la oportunidad de realizar múltiples sesiones.
Por otro lado, durante la entrevista realizada el pasado día 3 de mayo al psicólogo Fernando Fernández-Aranda del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge, llegó a la conclusión que “ la risoterapia únicamente les es eficaz a aquellas personas que son pesimistas y necesitan pasar un buen rato riendo”. El doctor Fernández diferenció la depresión como a enfermedad grave y, en muchos casos, muy difícil de tratar con la baja autoestima que podemos sentir en diferentes etapas de nuestra vida. “Imagínate, ¿cómo le digo yo a un paciente que está llorando en la sala de espera y que está pensando en suicidarse que acuda a un centro de risoterapia? ¡No tendría sentido!”.
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Cursos de risoterapia on-line y centros en BarcelonaYa son varias las páginas web dedicadas a dar cursos por Internet.
En plenitud es un ejemplo. En ésta, concretamente, podemos realizar un Curso de Terapia de la Risa totalmente gratis.
Su programa está compuesto por once clases y ejercicios o prácticas sobre la materia de las lecciones en las que se aprende todos sobre la risa y sus beneficios, además de cómo podemos hacer reír y cómo podemos crear un ambiente de humor en la empresa.
El curso no tiene exámenes ni tests en estos momentos, pero al finalizarlo recibiremos un certificado de finalización del curso.
Para consultas sobre el contenido de las clases, podemos escribir directamente a un profesor o podemos dejar nuestra duda en el foro del curso. Auque hay que recordar que en ningún caso es seguro poder acordar una tutoría con el profesor.
No cabe duda, pero, que la mejor opción es asistir a un centro y practicar la risoterapia de forma directa.
En la ciudad de Barcelona y en su periferia hay centenares de centros donde podemos asistir a una sesión, las cuales suelen durar entre una y dos horas y media, o si se prefiere, hay la opción de apuntarse a un curso en que las sesiones se realizan, normalmente, una vez por semana durante uno o varios meses.
En Barcelona capital se puede asistir a los talleres de esta actividad en los centros
Risaluz,
Diverrisa y
Motivatbcn.
- Experiencia en el curso de risoterapia del centro Món Interior de GavàMe dirijo a la calle Artur Costa. Cuando doy con ella, después de preguntar a 3 o 4 ancianos que paseaban por las Ramblas en la tarde del sábado día 12,
empiezo a buscar el número 55. Mientras camino pienso: “¿Y tendré que pasarme dos horas riendo?”
Estaba realmente cansada y no me apetecía nada reírme y además, con gente que no conocía…
“MÓN INTERIOR” ponía en una puerta de marco blanco con una gran vidriera. El cartel consistía en una hoja DIN-4 en la que se podía leer sin ninguna ornamentación el nombre del centro con letra de color negro, impresa desde una simple impresora.
Llamé al timbre después de pensármelo un par de veces. De cara al exterior, Món Interior parecía más un local dejado y olvidado que una “associación para el estudio de técnicas naturales para el desarroyo personal” como decía en su página web.
Me abrió una mujer, bajita, rúbia y de ojos azules. Su tez pálida contrastaba con la camiseta de color rojo intenso que le apretaba con tanta intensidad que dejaba a la vista aquellas ondulaciones en la barriga que tanto detestamos las mujeres. “Siéntate donde quieras”, me dijo sonriendo después de darme dos besos. “Voy a acabar de preparar unas cosas”. Y desapareció tan rápido como había aparecido para abrirme.
Vi que era la primera. No había nadie más en aquella habitación la cual olía a un agradable olor de incienso. Estaba decorada con grandes tapices. Colgaban de las paredes y, según pude imaginar, representaban a dioses y símbolos budistas. Además habían grandes volúmenes de astrología y de tarot. En la web ya había leído que, aparte de risoterapia, daban otros cursos como reiki, masaje ayurvédico, tarot psicológico, feng sui, astrología, aromaterapia y de plenitud armónica. Todos estos temas, para mi, totalmente desconocidos, la verdad.
Llegaron cuatro chicos jóvenes. Dos chicos y dos chicas. El primero en saludarme fue Alejandro, de Gavà, el cual había vivido toda su vida en Sant Boi, según me dijo. Era camionero y se dedicaba a trasportar mercancías. Era alto, delgado y de pelo castaño. Cuando me dijo que había vivido toda la vida en mi pueblo pensé que me sonaba de haberlo visto pero pensé que debió ser la coincidencia la que me hizo pensar que quizás me sonaba de algo.
Susana parecía ser la más seria. Era morena de piel y con una larga cabellera de color bronce que me resultó preciosa. Digo que parecía la más sería porque cuando todos empezamos el curso se desmelenó, nunca mejor dicho, y me demostró que de cortada no tenía ni un pelo. Vivía en Viladecans y trabajaba como administrativa en una empresa.
David era ingeniero en telecomunicaciones. Trabajaba en una empresa de informática y llevaba una vida dedicada al cuidado de su cuerpo. “Hoy me he puesto una loción aromática de ébano y me ha salido un salpullido en el brazo”, decía indignado mostrándonos dónde le dolía más antes de empezar el curso. Se notaba que el gimnasio era su segunda casa y que los tatuajes, su pasión. Me fijé en sus cejas. “¡¡Si las lleva mejor hechas que yo!!, pensé para mi. Su mujer, según pude deducir por posteriores comentarios, se llamaba Mónica. Era rubita, muy mona. Había estudiado relaciones laborales y estaba trabajando en una empresa como administrativa y contable. Era de
Gavà, como su marido, y era la más alegre del grupo. Los cuatro ya se conocían de otras actividades que habían hecho en el centro.
“Pues ya estamos todos”, dijo Nita, la señora bajita de la camiseta roja apretada. Se presentó como la monitora del curso de risoterapia que empezaríamos en cualquier momento ya que miré el reloj y vi que ya eran las 19 horas. “¿Cómo?”, pensé yo. “¡Me tengo que reír, primero, ahora, que no tengo nada de ganas; segundo, que no conozco ninguna de estas personas y tercero, encima sólo somos cinco!” “¡Qué situación más incómoda!, seguí pensado mientras nos explicaba Nita que era la risoterapia y sus beneficios. Nita venía de Encarnita. Nació hacía 46 años en un pueblecito de Murcia aunque a los dos años, su familia y ella, se fueron a Venezuela. Allí, de mayor, estudió informática donde al regresar encontró un buen trabajo, “aunque siempre discriminado por ser mujer”, comenta, en una empresa de investigación multimedia. Harta del estrés, de la rutina decidió empezar, ya hará un año, a estudiar para dar cursos de risoterapia, flores de Bach, Reiki y aromaterapia en un centro en la calle Mallorca de Barcelona. “Mi vida a cambiado totalmente”, me confiesa. “La vida que llevaba anteriormente estaba acabando conmigo”.
Nita aún seguía hablando cosa que me podía permitir seguir pensando en la situación que me esperaba ya que todo aquello que comentaba ya lo sabía. Me había documentado ampliamente sobre la risoterapia.
Bajamos las escaleras y llegamos a una sala con una luz tenue, una mesita con agua, caramelos, un iPod y dos altavoces y más incienso el cual empezaba a marearme.
Nita nos dijo que nos quitásemos los zapatos y nos quedamos descalzos encima de aquel suelo de parquet.
Puso música (la primera canción fue la de Lolita: Marcha, marcha, queremos marcha, marcha…) y empezó la clase.
Fueron dos horas en las que no paramos de hacer actividades y juegos. El objetivo de estos, básicamente, era el de hacer reír a los otros compañeros y reírse de uno mismo. Bailar entre nosotros, hacernos cosquillas, disfrazarnos, interpretar un reencuentro con alguno de nosotros o un enfado… La verdad es que uno al final, se acaba riendo a carcajadas de la situación.
Los fumadores, todos menos Nita y yo, pidieron parar la clase para poder salir fuera a llenar sus pulmones de humo. Allí empezamos a hablar sobre la risoterapia y los psiquiatras. Según Nita “los médicos se piensan que tomándote una pastilla se curan todos los males pero no es así. La risoterapia, el Feng Shui, el Reiki… es una medicina que va más allá de la convencional. Ésta intenta buscar el origen de los problemas cosa que los fármacos lo único que hacen es aliviarlo o hacerte pensar que ya no tienes ningún problema, aparte de generar unos grandes beneficios a los especialistas que te lo están aconsejando”. Todos estaban de acuerdo con ella. Pareció que el tema que había sacado había generado un cierto nerviosismo entre los allí presentes. “Yo me he aficionado mucho a este mundo”, decía Alejandro. “Yo, ni lo conocía, pero un día, por probar, vine a hacer una sesión de Reiki y noté, que la presión que tenía en el estómago que me provocaba acidez desde pequeño desaparecía y, ahora, con más sesiones, ya ni me tengo que medicar”. Todos me explicaron alguna que otra anécdota y experiencia personal. Se les veía realmente convencidos y plenamente satisfechos por los buenos resultados que habían obtenido mediante actividades espirituales y naturales.
Me encantó poder saber un poco más sobre este mundo tan desconocido y, a la vez, tan fascinante para mí. Me recomendaron que les dejase que me hicieran Reiki (método de sanación sencillo, reconocido por la Organización Mundial de la Salud, basado en el desplazamiento de las manos por encima o alrededor de una persona, animal o planta, con la finalidad de desbloquear sus campos magnéticos) pero les dije que mejor otro día. Me daba un poco de miedo, la verdad.
Continuamos nuestras actividades que tanto nos hacían reír.
A las 22 horas, una hora más tarde de la hora prevista, pagaba los 18 euros y me despedía de mis compañeros. Me dijeron que esperaban que me registrase en su foro de Món Interior para seguir en contacto y poderme informar sobre nuevos cursos y sesiones. “No sería mala idea y nunca está de más experimentar y aprender cosas nuevas”, pensaba mientras regresaba en coche a casa.