Era uno de los invitados estrella de las Jornadas Blanquerna de Comunicación (Víctor Amela), y una de las conferencias más llamativas (la telebasura), resultado: los alumnos amontonados en las puertas, por falta de espacio en el aula, tratando de escuchar lo que los conferenciantes decían sobre el tema.
La atención del auditorio no decayó en ningún momento, es más, fue en aumento. La causa fue la magnífica réplica-contrarréplica que llevaron a cabo durante las dos horas de conferencia el propio Víctor Amela, contundente en todas sus declaraciones, y Margarita Rivière, gran conocedora de lo tratado. Los otros dos invitados, Marta Puiggrós, moderadora, y Fernando de Felipe, profesor de la facultad y guionista, fueron, literalmente, convidados de piedra. Los alumnos, sorprendidos por el ímpetu de Amela y Rivière, se acomodaron y disfrutaron de lo que los dos tenían que decir sobre el espinoso tema.
Ambos, Amela y Rvière, pusieron el dedo en la llaga en uno de los principales puntos de controversia de la telebasura, la existencia de ésta en la televisión pública. Amela justificaba que las cadenas privadas hicieran uso de ella para “buscar ganancias”, pero era incapaz de encontrarle una explicación a que las públicas llevaran a pantalla este tipo de programas. Además, pidió a las cadenas del estado “programas de filosofía, de libros, de debate; y que sean de calidad”, porque están obligados con la ciudadanía.
Margarita Rivière, tratando de quitar hierro al asunto, aseguró que el problema es que “nos tomamos demasiado en serio la televisión”. Puso como ejemplo a los EEUU, donde “la tele es una chorrada, y nadie le da importancia” en cambio los europeos, por lo general, “pedimos a la tele más de lo que nos debe dar”, aseguró la escritora. Por otra parte, Rivière sí criticó que “cuando algo tiene éxito, todo el mundo lo copia”; y puso como ejemplo a Luis del Olmo y Jose María García, locutores a los que, en los 80, todo el mundo trataba de imitar.
El ritmo de la conferencia iba en aumento, y Amela, totalmente convencido de su afirmación, se atrevió a asegurar que “tenemos la televisión que mereceremos”, desmintiendo el tópico de que vemos telebasura porque es lo único que hay. Dejó claro, por tanto, que, según su parecer, la culpa no es de los gestores televisivos, como muchos aseguran, sino de nosotros, los televidentes, que nos acomodamos y no demandamos programa de calidad, sino que gozamos de la telebasura. Además, Amela se mostró convencido de que “la tele nos influye de manera muy evidente”, basándose en un estudio que dice que la gente ve la televisón durante 55 días de media al año.
Un largo turno de preguntas, muestra del interés que la conferencia había despertado en el auditorio, sirvió para que concluyera una más que interesante conferencia.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada