Tal y como consta en el Código Deontológico del periodista, éste debe cumplir con una série de principios. El artículo número 3 dictamina que “el periodista informará con objetividad, rigor, imparcialidad, responsabilidad y honradez, para que la ciudadanía obtenga los datos relevantes y pueda formarse su propia opinión, y se abstendrá de participar en actividades que supongan conflicto de intereses con su trabajo profesional.” Algo parecido a lo que relata el artículo número 5, que afirma que “el periodista comprometido/a con la tarea de informar presentará sus trabajos sin permitir que en él interfieran sus propias creencias y preferencias, y, en el reconocimiento de que es imposible la completa objetividad informativa, tendrá cuidado de no permitir que los propios prejuicios influyan en la elaboración y difusión de la información, con clara distinción entre hechos y opiniones.”
Cuando lees estos principios y ves según que información que se publica en algunos medios, es para, literalmente, hecharse a temblar, es para pensar seriamente en la cantidad de “periodistas” que se dedican a intoxicar. Sin ir más lejos, tomamos el ejemplo de dos diarios deportivos catalanes (publicados en toda España): el diario Sport y el diario Mundo Deportivo.
Ambos hablan ampliamente del derbi barcelonés que se disputó el sábado en el Camp Nou. Obviamente, tratándose de una derrota del conjunto blaugrana tenían que buscar un culpable que no fuese su propio equipo, y encontraron su mejor aliado en un colegiado llamado Carlos Delgado Ferreiro. Es gracioso ver que hablen de robo y escándalo arbitral cuando en el partido de la primera vuelta el atraco al conjunto blanquiazul por parte de Luís Medina Cantalejo pudo ser aún mayor y se ignoró de manera escandalosa. El supuesto robo se trata de una expulsión injusta a Keita, lo mismo que sucedió en Montjuïc con Nené. Pero eso no es todo, en el partido que se disputó en feudo perico, se produjo otra acción más determinante, un penalti fuera de tiempo y inexistente que regaló los tres puntos al Barcelona. Por otro lado, el gol del Espanyol también pudo ser anulado por una dudosa falta de Luís García sobre Valdés.
Dicho esto, podríamos decir que estamos ante dos situaciones similares, en la que a una no se le dió la más mínima importancia y la otra ha sido portada. Esta circunstancia, y otras muchas que se dan constantemente, nos demuestran que estos dos periódicos (y otros tantos) muestran una esperpéntica parcialidad ya que su objetivo no es hacer un periodismo que se rija a los cánones, su único objetivo es el de conseguir más ventas, redactando a sus lectores lo que estos desean leer y no describiendo la cruda realidad. Vergonzoso.
1 comentari:
Hay muchos códigos deontológicos del periodismo que hablan de objetividad en un punto y en el siguiente dicen que ésta no existe. El profesor Burguet explica muy bien todo este tema en su libro Les trampes dels periodistes.
De todas formas podría estar de acuerdo en que los periódicos no fueron nada rigurosos con el tema del derbi. Además, los que a mi modo de ver, informaron menos subjetivamente fueron los periódicos de información general más que los deportivos.
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